El Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) ha sufrido al menos 77 roturas en sus 52 años de operación, según datos de Petroecuador e información recopilada por PRIMICIAS.
La más reciente rotura fue el 13 de marzo de 2025, provocada por un deslave en el cantón Quinindé, en la provincia de Esmeraldas y que ocasionó un derrame de petróleo de gran magnitud, desatando una crisis ambiental severa y dejando a miles de familias sin acceso a agua segura.
El diagnóstico ambiental del SOTE vigente de Petroecuador señala que un derrame de petróleo tiene un impacto “altamente significativo” en la calidad del agua de los ríos y del suelo. Es decir, de elevada incidencia en el ambiente, difícil de corregir, de extensión generalizada y, en algunos casos, puede ser irreversible.
Solo en dos de las 77 roturas del SOTE no se produjeron derrames de petróleo. En cambio, en ocho roturas reportadas no cuentan con información del volumen de petróleo derramado, incluida la última ocurrida en Esmeradas.
Considerando eso, esas roturas produjeron el derrame de 742.041 barriles de petróleo durante las cinco décadas de operación de este oleoducto en Ecuador. Eso equivale al volumen transportado actualmente por el SOTE de 2,7 años.
El SOTE tiene una capacidad de bombeo de 360.000 barriles diarios, aunque está subutilizado. Así, en enero de 2025, el SOTE movilizó 273.600 barriles diarios de petróleo; es decir, el 59% del petróleo que sale de la Amazonía y llega al terminal de Balao, en Esmeraldas. El resto de petróleo fue transportado por el segundo ducto estatal que tiene Ecuador y que es el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP).
Las dos principales causas de las roturas del SOTE han sido deslaves (29 colapsos) y crecientes del río (17 incidentes).
El resto de causas están relacionadas con incidentes como: un sismo, el terremoto de 1987, pinchazos para extraer petróleo e, incluso, un accidente de tránsito
Fuente: Primicias.