Las 21 personas que conforman la familia de Irma Valencia y Ciro Pazmiño, que murieron por sospecha de COVID-19, guardan confinamiento en una casa de aislamiento en La Concordia.
Ellos decidieron aislarse cuando sospecharon que la pareja tenía los síntomas, ahora esperan salir del confinamiento para vivir el duelo sin el miedo de morir.
Hijos, hijas, nietos, nietas, yernos y nueras de Irma, 67 años, y Ciro, 78 años, guardan aislamiento en un espacio que habilitó el municipio de La Concordia.
La pareja murió el lunes, 6 de abril, en el hospital Dr. Gustavo Domínguez, ambos ingresaron con síntomas del virus y fueron catalogados como casos sospechosos.
Pamela Pazmiño, hija de la pareja, explicó que las 21 personas (entre niños y adultos) que conforman su familia decidieron guardar aislamiento juntos para evitar contagios a otras personas.
A la familia se le hizo las pruebas y por algunos días estuvieron guardados en la vivienda de sus padres, para luego pasar al sitio que habilitó el Municipio.
Ellos no han podido llevar el duelo por la muerte de Irma y Ciro, la preocupación por la enfermedad, a la que podrían ser positivos, les ha generado una pausa al dolor por la pérdida de sus padres.
“Ni siquiera pudimos despedirlos. Ahora tratamos de no pensar en lo que nos pasó al perderlos porque nos necesitamos fuertes para salir de esto” indicó Pamela.
El principal recuerdo que mantienen de sus padres se basa en una anécdota, sobre una historia que ellos compartían.
Irma y Ciro hablaban sobre la relación afectiva que mantuvo otra pareja de familiares que murieron el mismo día.
“Mis papás nos decían que el día que se iba uno, se iban los dos”. Ciro murió a las 00:00 y su esposa a las 15:00 del mismo día.
Antes que Ciro tenga los síntomas, una de sus hijas llegó a La Concordia desde Guayaquil junto a sus hijos. Posiblemente esa fue la vía del contagio.
“Mi papá empezó a tener los síntomas y lo llevamos al subcentro, nos dijeron que era gripe, pero luego se agravó”. A los pocos días Irma tuvo recaídas y fueron llevados al hospital.
Desde esos días decidieron aislarse los 7 hermanos con sus familias en la casa de aislamiento donde son monitoreados para conocer su evolución.
Pamela asegura que se encuentran estables y que la comunidad les ha brindado apoyo con víveres y muestras de afecto, esperan terminar juntos el confinamiento para vivir su duelo y acudir al cementerio para despedir a sus padres.