Irán ha golpeado esta noche a Estados Unidos disparando misiles contra dos bases aéreas en Irak donde están desplegadas tropas estadounidenses: la de Ain Al Asad, en el oeste del país, y una en Erbil, en el Kurdistán iraquí, según ha confirmado el Pentágono, informa diario El País.
Las autoridades iraquíes indican que 22 cohetes golpearon los recintos militares, mientras la televisión estatal iraní habló de 15. No constan víctimas mortales en el ataque, según fuentes iraquíes y estadounidenses. “All is well [Todo está bien]”, tuiteó el presidente de Estados Unidos poco después.
La explicación de la ausencia de bajas tiene que ver con que Irán advirtió de antemano al Gobierno iraquí del ataque. “Poco después de medianoche, recibimos un mensaje verbal oficial de la República Islámica de Irán indicando que comenzaría la respuesta al asesinato del mártir Qasem Soleimani”, se lee en un texto hecho público por la oficina del primer ministro iraquí, Adel Abdul Mahdi.
Según el comunicado, los iraníes no especificaron la localización de los ataques pero afirmaron que “se limitarían a zonas donde el Ejército estadounidense está presente”. Inmediatamente, el Gobierno de Irak advirtió al mando de las Fuerzas Armadas iraquíes para que “tomase las medidas de prevención necesarias” y, presumiblemente, los militares iraquíes pusieron sobre aviso a los estadounidenses.
“Irak fue objeto entre las 1:45 y 2:45 [hora local] del 8 de enero de un bombardeo de 22 misiles, 17 en la base de Ain Al Asad, incluyendo dos que no estallaron, y cinco en la ciudad de Erbil, todos en los cuarteles de la Coalición”, ha explicado el ejército de Irak en un comunicado en el que ha precisado que tampoco hubo bajas entre el personal iraquí que se hallaba en las bases. La cadena kurdoiraquí Rudaw ha señalado que un misil cayó a cinco kilómetros de la base de Erbil y otro en la localidad de Bardarash, 50 kilómetros al noreste de Erbil.
La ofensiva, ha explicado el Gobierno iraní, se produce en respuesta al asesinato en la madrugada del pasado viernes en Bagdad del poderoso general iraní Qasem Soleimani, que disparó la tensión en la región. Grupos armados proiraníes en Irak habían prometido unir fuerzas para responder al ataque, realizado por un dron estadounidense, que mató al general que dirigía la fuerza Al Quds, cuerpo de élite de la Guardia Revolucionaria iraní encargado de acciones en el exterior, y también al líder miliciano Abu Mahdi al Mohandes. Pero Teherán ha optado por responder de forma directa, con una salva que demuestra la capacidad de su programa misilístico de golpear con precisión objetivos a más de 300 kilómetros de distancia