Con una inversión que supera los 3 millones de dólares, Santo Domingo avanza en la construcción del nuevo interceptor de aguas residuales en el área urbana. La obra, que forma parte del sistema de alcantarillado sanitario, contempla una longitud de más de 2,66 kilómetros y busca reducir la contaminación de los afluentes, mejorar la eficiencia de la planta de tratamiento y evitar taponamientos en la red. El proyecto estará listo en siete meses y beneficiará a miles de ciudadanos.