El 14 de abril, el esposo de Cecilia Solano se enteró que su esposa y madre de sus cinco hijas moría por COVID-19.
A los 3 días de sepultarla, personal del Ministerio de Salud Pública, MSP, llegó a su casa para realizar a toda la familia las pruebas del virus.
La muerte de Cecilia ha generado varias dudas en su esposo Fernando Velázquez, quien asegura que su esposa se contagió en el hospital Dr. Gustavo Domínguez porque ella ya mantenía hace dos meses una patología y nunca tuvo síntomas del virus.
Cecilia ingresó al hospital el 1 de abril, los galenos le practicaron una cesárea al siguiente día, el 2 de abril, y calificaron su caso como sospechoso. Le hicieron las pruebas y el 11 del mismo mes llegó el resultado positivo.
La madre murió el 14 de abril a los 12 días de dar a luz. La bebé dio negativo al COVID-19 y aún permanece en el área de Neonatología porque fue prematura (nació a las 29 semanas).
Fernando afirma que desde el fallecimiento de su esposa ha recibido un trato inhumano por parte del MSP.
“Recibí una llamada del ministerio preguntando por mi esposa, eso me dolió (su esposa llevaba tres días fallecida) ni siquiera saben a quien llaman y qué deben hacer” sostuvo.
El viernes pasado les practicaron las pruebas para COVID-19 al cónyuge y a sus cuatro hijas, cuyas edades oscilan entre los 18 meses y 20 años.
Para Fernando esta tardanza en aplicarles las pruebas es parte de las “negligencias” que dice haber identificar en el caso de su esposa.
El hombre espera que los resultados no tarden, aunque asegura que ni él, ni sus hijas tienen síntomas a pesar de estuvieron compartiendo el mismo espacio con Cecilia antes de que ingrese al hospital.
Fernando pide que no se tomen represalias contra su bebé que aún se mantiene en el área de neonatología de la casa de salud.
La muerte de su esposa, explica, le ha causado afectaciones en su salud. Necesita medicinas para conciliar el sueño y para mantenerse tranquilo.
No ha tenido paz ni siquiera para llorar a su esposa. “Me acuesto en el carro y me quedo como ido, estoy mal” señala.
La falta de pruebas de COVID-19 ha sido identificado como un “problema” por parte de la vocera de Salud del COE Provincial, Pércides Quiñonez, pues si entregan 6 muestras a Quito les devuelven 6 pruebas para realizar.