“No hay ninguna prueba en este momento de que las personas que se curaron de la COVID-19 y que tienen anticuerpos estén inmunizadas frente a una segunda infección”, difundió la Organización Mundial de la Salud este sábado (25.04.2020) en un comunicado.
“A la fecha de 24 de abril de 2020, ningún estudio ha evaluado si la presencia de anticuerpos al SARS-Cov-2 (nuevo coronavirus) confiere inmunidad frente a una futura infección por este virus en los seres humanos”, insistió la OMS, reporta DW.
En una guía para todos sus Estados miembros y que es producto del análisis de los resultados de varios estudios, investigaciones y artículos científicos, la OMS explica que la mayoría de ellos muestra que la gente que se recupera de la enfermedad desarrolla anticuerpos contra el virus, pero que en algunos casos su presencia en la sangre es muy baja.
Por ejemplo, en Alemania se han realizado unas 70.000 pruebas serológicas de este tipo en 54 laboratorios, según la Federación de Laboratorios Asociados (ALM) para determinar si un paciente dispone de anticuerpos..
La OMS sale así al paso de las afirmaciones de algunos gobiernos de que la detección de anticuerpos del SARS-CoV-2 (nombre oficial dado al nuevo coronavirus) en una persona podría ser suficiente para extender un “certificado” o “pasaporte de inmunidad” que indicara que ya no puede contagiar a otros.
La eficacia de la inmunidad con anticuerpos no está demostrada en este momento y los datos científicos disponibles no justifican la concesión de estos “certificados de ausencia de riesgo”, advirtió el organismo.
“Las personas que creen estar inmunizadas contra una segunda infección porque dieron positivo en esas pruebas podrían ignorar las recomendaciones de salud pública. Recurrir a este tipo de certificados podría, en consecuencia, aumentar los riesgos de que la transmisión continúe”, argumenta.
Además, la OMS considera que las pruebas serológicas actualmente utilizadas “necesitan de una validación adicional para determinar su exactitud y fiabilidad”.
En particular, deben permitir distinguir la respuesta inmunitaria al nuevo coronavirus de los anticuerpos producidos por una infección de otro de los seis coronavirus humanos conocidos, cuatro de los cuales provocan resfriados benignos y los otros dos son los del MERS (Síndrome Respiratorio del Medio Oriente) y el del SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo).
“Las personas infectadas por uno u otro de esos virus son susceptibles de producir anticuerpos que interactúan con anticuerpos producidos en respuesta a la infección provocada el SARS-CoV-2”, y es entonces imperativo poder identificarlos, señaló.