Para el funcionario, lo importante es que el dinero electrónico funcione. “No importa si es con el Banco Central (del Ecuador) o con la banca privada”.
Esto porque, explicó, en Ecuador, que tiene una economía dolarizada, el uso del dinero físico es de cerca del 30% de la liquidez total, cuando en otros países es de apenas el 5%. Bajar el uso de dinero físico permite bajar también costos en los que incurre el Estado por importación de billetes.
Sin embargo, para que esto ocurra, según De la Torre, la banca deberá cumplir al menos dos condiciones: mantener las normas de seguridad que se le exigía al Banco Central y fijar bajos costos para los usuarios a fin de que el servicio pueda ser generalizado.
Adelantó que, tras algunas reuniones, la banca ha indicado que podría tener los sistemas y la plataforma preparados en seis meses; si cumplen con las condiciones “se llevarán el dinero electrónico, señores”.
Este Diario pidió a la Asociación de Bancos Privados (Asobanca) una opinión sobre el tema, pero no respondió.
Al referirse a la gestión del Central, el ministro dijo que se prevé financiar la banca pública a través del organismo.
El ministro explicó que el papel del BCE en dolarización no es el mismo que cualquier Banco Central convencional de una economía con moneda propia. Dijo que la liquidez que maneja servirá para hacer préstamos para generar productividad.
También consideró que los recursos que entregó a Finanzas como facilidades de liquidez permitieron que se sostenga la dolarización.
En la administración del dinero electrónico por parte del Central se han abierto 348.394 cuentas y se han realizado transacciones por $ 29,2 millones.
Actualmente, se puede usar dinero electrónico en pago de servicios públicos y de impuestos, y de bienes en varios locales que lo aceptan. (I)