Ha pasado casi un mes desde que el Gobierno ecuatoriano resaltaba en una rueda de prensa que “por primera vez” el grupo de alias Guacho se había comunicado directamente y sin intermediarios para enviar la prueba de vida de una joven pareja secuestrada, de la que entonces no se sabía ni la identidad.
Hoy hace un mes desde que la madre de Katty Velasco recibió un último mensaje en su teléfono celular en un tono inusual antes de descubrir por los medios que su hija y el chico con el que salía desde hacía menos de un mes, Óscar Villacís (24 años), estaban retenidos presuntamente por el Frente Oliver Sinisterra.
No hay contacto con quienes retienen a Katty Velasco y Óscar Villacís. El presidente no ha atendido a las familias. No se verificó el último comunicado.
Y, hoy, es poco más lo que se sabe de la joven pareja de Santo Domingo. Si están vivos, si están bien, si están en Colombia, si serán liberados. Son datos de los que no se ha tenido una confirmación incontestable.
Los familiares de la joven de 20 años, recién graduada de bachiller, asumen como prueba de vida el último comunicado de la banda responsable del secuestro, que fue filtrado a través de la prensa colombiana – ya no a las autoridades nacionales- el pasado lunes 30 de abril. Entonces, los nuevos ministros de Interior y Defensa aún no habían tomado posesión de su cargo y no se pronunciaron.
Once días después, con dos semanas en funciones, ni Mauro Toscanini ni Oswaldo Jarrín ni ningún portavoz gubernamental ha informado de si aquel documento era verídico o no. Pero a la familia le bastó para recuperar la esperanza: el Frente Oliver Sinisterra pedía abrir un canal humanitario para entregar los cuerpos de los tres trabajadores de El Comercio secuestrados y asesinados previamente y liberar a los dos jóvenes. Aunque tampoco ha trascendido si la estrategia de liberación incluirá una tregua de la ofensiva militar.
Los allegados de Katty y Óscar han pedido audiencia y han salido a la calle para que el presidente del país, Lenín Moreno, les recibiese en su despacho. Sin éxito. Solo el ministro de Interior atendió su visita y, de hecho, el último mensaje del presidente al país no contenía ninguna alusión a las novedades del secuestro.
En medio del mutismo oficial, las teorías sobre los secuestrados dispararon las sospechas de la opinión pública sin que ninguna fuente oficial desmintiese o confirmase si se trata de agentes infiltrados, como señalan los secuestradores, o si están vinculados con el conflicto en la frontera.
Todo está, mientras pasan los días en silencio, en investigación. (I)
Contraste con el rapto de los trabajadores de El comercio
Nos faltan 3
La movilización de las familias contagió al país y a los medios de comunicación hasta derivar en un lema, ‘Nos faltan 3’, que aumentó la visibilidad de los tres trabajadores de El Comercio secuestrados. El apoyo en las calles se desinfló con su muerte.
Comité de crisis
Pese a las quejas de las familias por falta de información o de inmediatez al recibirla, las autoridades de Seguridad se reunieron en cada ocasión en que aparecía un comunicado, ataque o prueba durante el secuestro de los dos periodistas y el conductor.
Lenín Moreno
El presidente Lenín Moreno recibió a los familiares de Javier Ortega (redactor), Paúl Rivas (fotógrafo) y Efraín Segarra (conductor) unos días antes de confirmarse su muerte, cuando aún había esperanza de liberarlos. Moreno les prometió transparencia sobre la investigación.