Una mujer gestante de 6 meses ingresó con síntomas de COVID-19 al hospital Dr. Gustavo Domínguez, tuvo que someterse a una cesárea y el nacimiento no se dio. El esposo de la mujer pidió el feto para sepultarlo, pero en la casa de salud no lo encontraban porque ya estaba enterrado junto a otro cuerpo.
Según versión que entregó el cónyuge de la mujer, su esposa ingresó al hospital el viernes, 26 de junio, al medio día tuvo que ser sometida una cesárea.
La gestante tuvo que ser ingresada a la Unidad de Cuidados Intensivos, UCI, por las complicaciones que tuvo, debido a los síntomas del virus.
El esposo recibió la noticia del no nacimiento y solicitó que le entreguen los restos. “Me dijeron que no saben donde están”, esto propició que llame a la Policía para que se pidan explicaciones al hospital sobre lo que ocurrió.
Después de 12 horas de búsqueda del feto, la funeraria (que recoge cuerpos de la morgue del hospital) indicó al cónyuge que la noche del viernes retiraron dos fundas negras, una grande donde había un cuerpo y otra pequeña que estaba junto al cadáver.
Ambas fundas fueron retiradas y colocadas en un féretro, que fue sepultado en el cementerio de la parroquia Luz de América.
“El feto de mi hija pasó toda una noche con un cuerpo extraño” indicó el esposo. De la funeraria le explicaron que no tuvieron la culpa, porque en la morgue no les explicaron sobre los restos del feto y pensaron que la funda pequeña pertenecía al cuerpo.
El esposo cuestiona la falta de verificación para entregar cuerpos en la morgue del hospital. “He pasado algo horrible, no hubiese querido imaginar si mi esposa despierta, me pregunta por nuestra hija y yo sin poder decirle donde está”.
De la casa de salud no se ha desmentido lo ocurrido.